Capitulo 4: En el Cementerio
Vanesa no podía creer las palabras de su amiga, Samanta estaba justo con ella, juntas llegaron aquel cementerio ¿como podría estar muerta? Es imposible, se dijo ella misma.
Entonces, justamente en ese momento vio como samanta se desvanecía lentamente, siendo un ser transparente, incorpóreo, un simple reflejo de lo que una vez fue.
Vanesa comenzó a llorar desesperadamente, era cierto, su amiga estaba muerta, había venido ayudarla a escapar de aquel lugar, entonces recordó aquel niño que encontró tiempo antes, aquel niño ¿también estaba muerto? se preguntaba Vanesa, comenzó ha pensar en todo lo ocurrido hasta ahora entonces, llegó a la conclusión de que el parque era mas extraño de lo que parece, no solo deambulan psicóticos asesinos, también deambulan almas perdidas en el, almas atrapadas en un lugar que en el mundo real, no existe.
Vanesa creyó que ella y su amigo también estarían muertos...El Parque es una especie de Limbo, dijo Vanesa con una temblorosa voz.
- Pero ¿cuando ocurrió? ¿Como ocurrió?...no, es imposible... Yo estoy aquí y el también, los dos seguimos vivos, tengo que encontrarle y escapar juntos de aquí -.
Vanesa comenzó a gritar el nombre de su amigo, pero nadie respondía, ella continuaba dando vueltas por aquel cementerio situado en lo alto del Castillo del Parque de Atracciones. La joven estaba desesperada, sin saber si iba a morir en ese momento, o no. Mientras caminaba por aquel cementerio buscando a su amigo, encontró unas extrañas lapidas, serían normales si no fueran que en ella, tenían escritos sus nombres, los nombres de sus cuatro amigos, eran sus Tumbas, el lugar de reposo del pequeño grupo.
Extrañada, se acercó aquellas lapidas, aquella imagen que la joven veía no era tan tenebrosa, si no, mas bien hermosa, unos arboles con blancas hojas decoraban el lugar de dichas lapidas, samanta se acercó, de una forma muy tranquila, intentado controlar su miedo, comenzó a observarlas muy detenidamente, pero en ese mismo instante notó como algo pesado caía encima de ella, Vanesa cayó al suelo, asustada, comenzó ha observar que era lo que había caído, pero la sorpresa que se llevó fue enorme al descubrir que había caído un cuerpo humano encima de ella, el cuerpo pertenencia a un hombre que estaba colgado solo por su cuello, ahorcado.
La joven dio un angustioso grito, pero en ese mismo momento el grito se le cortó cuando descubrió que aquel hombre la estaba mirando fijamente, el hombre colgado comenzó articular la boca, intentando decir algo, Samanta se acercó a el, puso su oído y el hombre, con apenas fuerza le susurró:
- No saldréis de aquí con vida -.
Esas fueron las ultimas palabras del hombre antes de morir, Vanesa asustada comenzó a correr, sin mirar atrás y sin prestar atención a lo que tenia delante, solo quería salir de aquel espantoso lugar.
para su sorpresa, mientras huía chocó contra su amigo Sebastian, que justo acababa de llegar al Cementerio, Vanesa aterrada lo miró y la misma calma que sintió al ver ha su amigo vivo hizo que llorara, Sebastian la abrazó y le dijo: - No te preocupes, vamos a salir de aquí -.
Entonces juntos dejaron aquel Cementerio, comenzaron a bajar unas escalera, cuando llegaron al final, Sebastian agarró fuerte de la mano ha Vanesa y juntos, comenzaron a correr, buscando la salida del Castillo, los dos corrían por el oscuro pasillo iluminado por antorchas, llegaron hasta el recibidor y justo allí estaba la salida del Castillo.
Ambos corrieron hasta la salida, pero de repente, justo frente a ellos, apareció Christian, su amigo, aquel que murió decapitado en la montaña Rusa, o lo que es peor, su fantasma.
Sebastian ya lo había visto antes, no le sorprendió tanto, como a Vanesa, ver a su amigo muerto, justo frente a ella, mas que felicidad, le parecía aterrador y peor aun, su cabeza estaba en su sitio, era como si nada hubiera pasado.
Christian se acercó a ellos y les dijo: - ¿Que prisa tenéis? quedaos aquí, estaremos bien, sera una fiesta todos los días -.
Vanesa y Sebastian quedaron callados, no dijeron nada, no sabían que decirle, entonces, apareció Samanta, estaba sonriente, pero su sonrisa no era amistosa, si no mas bien perturbadora, con una sombría mirada, se acercó a sus amigos vivos y les dijo: - Primero nos traéis aquí y ahora ¿pensáis iros y dejarnos colgados? -
Vanesa miró a Sebastian y le dijo: - vayámonos de aquí, no son ellos -.
Sebastian dijo: - Tienes razón, salgamos -.
Entonces, justamente en ese momento, Christian agarró un hacha que había colgada en una de las paredes del recibidor y se la clavó ha Christian justamente en su pecho.
Vanesa comenzó a gritar de forma angustiosa, insultando a los Entes de sus amigos.
¿Por que lo hicistes? preguntó ella con una voz entre cortada, pero la única respuesta que recibía era las macabras risas de sus amigos, al ver a su amigo tirado en el suelo.
Sebastian aprovechó su ultimo suspiro para agarrar ha Vanesa de la mano y pedirle que corriera, que huyera de aquel lugar.
Vanesa le dijo: - Lo siento -. Con un cierto tono de lamento.
Entonces comenzó ha correr saliendo de aquel Castillo, las macabras risas de sus amigos podían oírse en la lejanía, Vanesa no confiaba que fuese a salir de allí con vida.
Continuara...
Continuara...
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