Londres 1839.
En las afueras de la ciudad de Londres, existe una mansión en la que vivió la familia Barklay. En aquella mansión ocurrió una terrible desgracia.
Durante varias noches el señor Barklay sufría de insomnio, pero no era un simple insomnio, el señor Barklay aseguraba, que veía a personas deambular por su habitación, e incluso llegaba ver a una mujer vestida con un largo camisón blanco a través de su ventana volando, así ocurría todas y cada una de las noches, hasta que decidió descansar de una vez y para siempre. Esa noche el señor Barklay acabó con toda su familia o eso dictaron en la investigación. Pero nadie llegó hasta el fondo de la verdadera historia de la mansión Barklay.
La casa estuvo bastante tiempo sin ser habitada por las espeluznantes leyendas que de allí se cuentan, pero en el año 1843 la casa, volvió acoger a un joven matrimonio que se acababan de casar y soñaban con formar una familia en una hermosa mansión de ensueño, una casa enorme rodeada de un hermoso jardín lleno de flores de todos los colores, decorado con una enormes y hermosas esculturas. Ellos eran; el señor y la señora Clover, un apellido muy peculiar, ya que la suerte no iba a estar de su lado por un tiempo. Cuando llegaron a la casa sintieron una enorme felicidad, comenzaron a recorrer todas sus habitaciones, y otras secciones de la casa. Estaban maravillados de lo enorme que era, el señor Clove sintió hasta preocupación de su pequeño retoño, que su esposa esperaba, se perdiera correteando por los pasillos.
A la mañana siguiente de que llegaran a la casa, llamaron al timbre y la señora Clover fue atender a quien era que llamase. Cuando la señora de la casa abrió se sorprendió de ver ante ella a una mujer que imponía, era una mujer alta, bastante mas alta que ella, con un cuerpo grande que mostraba fortaleza y salud, la mujer en cuestión aparentaba unos cuarenta años de edad, vestía un vestido negro con un gorro que le bajaba un velo negro, tenía casi todo su cuerpo cubierto era como si no sintiera los rayos del sol.
─ Muy buenos días, mi nombre es Rosalin – dijo la enorme mujer con una sonrisa.
─ Encantada Rosalin, mi nombre es Emma…Emma Clover – dijo la señora de la casa con el nerviosismo que le provocaba ver aquella mujer.
─ Bueno, veras vengo buscando trabajo, soy una experta en las labores domésticas, puedo cuidar su casa, como si fuese la mía propia, conmigo aquí siempre estará reluciente -, Rosalin se fijó en la barriga de la señora Clover, entonces se percató de que estaba en cinta. ─ Vaya, viene un alma nueva a nuestro mundo, déjeme aprovechar para decirle que también puedo cuidar de vuestros hijos, soy una gran institutriz, estudié magisterio en una de las mejores universidades de Londres ─.
─ Vaya, me sorprende, justamente estamos buscando personal para que se encargue de las labores de la casa, pero no puedo asegurarle nada, mi marido es quien toma esa decisión ─.
─ ¿Esta su marido en casa? ─ preguntó Rosalin.
─No, todavía no ha regresado del trabajo déjeme su dirección y le haré llegar una misiva con la decisión ─.
Rosalin miró fijamente a los ojos de la señora Clover, entonces le sonrió, aquella sonrisa
impresionó más a la señora de la casa, jamás había visto nada igual, era una enorme y larga sonrisa, pareciera que tuviese una enorme lombriz en lugar de una boca.
─ No se preocupe, puedo esperar y mientras prepararé el té, así le muestro mis maravillosas artes ─.
Emma frunció el ceño mostrando desconfianza, era una extraña que había llamado a su puerta pidiendo trabajo, aunque iba muy bien vestida para ser una simple sirvienta, pero como le dijo antes, estudió magisterio, pero ¿por qué una mujer con estudios universitarios pide trabajo como sirvienta? Se preguntó Emma.
─ Yo le respondo, trabajar como educadora en un colegio no es lo mío, me encantan los niños, los adoro, pero los prefiero aguantar de uno en uno, seria un suicidio mental meterme en una clase llena de niños revoltosos ─.
─ ¿Cómo supo lo que estaba pensando? ─ le preguntó Emma con incertidumbre.
─ Siempre es igual, cuando voy a pedir trabajo a una casa me preguntan lo mismo, por mi forma de vestir ─.
Emma se apartó de la puerta invitándola a entrar, la mujer imponente sintió agradecimiento dedicándole una sonrisa, Emma fue hacia la cocina para preparar té, pero Rosalin se lo prohibió, en su estado no debería de trabajar tanto, la mujer imponente lo iba a preparar con gusto y así aprovechar para mostrar sus maravillosas habilidades.
─ Quiero que sepa que ya trabajé en esta casa con anterioridad, hace varios años, con anteriores señores de la casa ─.
─ ¿Trabajó con los Barklay? ─ preguntó Emma.
─ Por supuesto que sí, una familia encantadora ─.
─ Entonces sabrá que ocurrió con la familia ─.
─ Pues…Ocurrió una verdadera desgracia, ver a esos pequeños con balas de escopeta, en sus camas durmiendo como si nada hubiera pasado, no soy capaz de borrarme esa imagen en mi cabeza ─.
─ Si, leí el caso…no sé como pudo hacer eso…si quería matarse solo tenia que ponerse la escopeta en la boca y dispararse, no llevarse a su esposa y esos pobres angelitos ─.
─ Bueno, lo de angelitos lo dejamos para otra conversación, pero si…tiene usted razón ─.
Rosalin había terminado de preparar el té, colocó dos tacitas con la tetera en una hermosa bandeja plateada y se dirigió al sofá junto con Emma, colocó la bandeja en una pequeña mesa de cristal y Rosalin le sirvió el té, a la señora Clover. En ese mismo instante el marido de Emma, llegó a su casa, entonces se encontró con la mujer desconocida, la miró de arriba abajo y sintió un pequeño escalofrío.
─ Oh, usted debe ser el señor de la casa deje que me presente, mi nombre es Rosalin, un verdadero placer ─.
─ Encantado, soy Thomas, Thomas Clover ─ dijo el señor Clover con cierto tartamudeo.
─ Querido, disculpa…la señora Rosalin… ─ Rosalin le interpuso la mano a la señora Clover.
─ Señorita Rosalin, aún no estoy casada ─ dijo con una pequeña sonrisa.
─ La señorita Rosalin está buscando trabajo como sirvienta en la casa ─.
─ Por supuesto, cuéntenos su experiencia ─.
Los señores de la casa y la señorita Rosalin se dirigieron a la mesa donde se había servido el té, Rosalin sacó de su bolso una carpeta en contenía algunas notas y su currículum, entonces lo abrió y mostró su vida laboral y estudios a los señores de la casa.
Los señores de la casa quedaron encantados con el currículum de la señorita Rosalin, en ese momento decidieron darle el trabajo a ella, pero Rosalin no sería una sirvienta cualquiera, no. Su vida laboral y todos sus estudios universitarios demostraron que sería una perfecta ama de llaves. Rosalin no solo estudió magisterio, también tenía estudios sobre medicina, ciencia biológicas y herboristería, en definitiva, una gran mujer de cultura. Pero lo que los señores Clover todavía no sabían era el giro tan drástico que daría sus vidas, a partir de ahora.
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