Emma nunca habló con nadie sobre su sexto sentido, ni siquiera su marido sabía sobre sus visiones, ella no quería que la tomasen como una loca y es por eso que vivía sufriendo su temor ella sola.
─ Bien Rosalin, muchas gracias, vuelvo a mi habitación ─.
─ Por su puesto señora, yo haré mi trabajo aquí abajo ─.
Pasarón varios días y llegó el domingo, Thomas había organizado un picnic con su mujer en el parque de Hyde Park. Pero el matrimonio no iría solo, con ellos iban a ir la señorita Rosalin y los dos jóvenes, Claudio un joven Ingles, aunque de padres españoles, y Melisa. El plan era pasar un día tranquilo, agradable, comiendo mientras admiraban el hermoso lago Serpentine, y paseando por uno de los parques con mayor historia de Londres. Melisa y Claudio son los sirvientes más jóvenes de la casa, eran extremadamente educados para su edad, pero lo que mas extraño parecía es que nunca hablaban con nadie, solo tenían conversaciones entre ellos dos, si mientras hablaban alguien se acercaba, ellos se callaban y adquirían una fría expresión, aunque mas que fría, era triste, de añoranza.
Thomas y Emma estaban sentado frente al lago Serpentine, ambos abrazados, mientras la señorita Rosalin y los dos jóvenes preparaban el mantel donde pondrían los aperitivos. Thomas comenzó acariciar la barriga.
─ Estoy deseando que nazca ─ dijo Thomas después de besar en la barriga de Emma.
─ Yo también ─ dijo Emma con una sonrisa.
Los aperitivos ya estaban listos, los tres criados se alejaron del feliz matrimonio, una regla que la señorita Rosalin interpuso ante al resto de criados era “no estar al lado de los señores mientras comían”, cuya regla los demás criados respetaban muy bien, aunque los dos jóvenes a veces había que refrescarles un poco la memoria ya que ellos se alejaban de los señores, pero a la vez, estaban cerca de ellos. Él feliz matrimonio había terminado de comer y decidieron dar un paseo por el parque, los criados fueron acompañarlos, pero ambos decidieron estar a solas, dándoles el resto de la tarde libre a los jóvenes para que se distrajeran. Thomas y Emma estaban maravillados con el parque, era la primera vez que paseaban por allí, en su pueblo natal, Castle combe, no tenían ese parque, era la primera vez que Vivian en Londres, lo visitaban si, pero no lo conocían muy bien, pero si lo suficiente para decidir vivir allí.
Pasaron largas y tendías horas, aunque para ellos el tiempo pasó sin darse cuenta, entonces decidieron regresar a casa. La señorita Rosalin llegó a la casa antes que ellos para así preparar la cena con tiempo, los señores de la casa se sentaron en la mesa del salón principal para cenar. Mientras ambos cenaban Emma sintió algo extraño, era como si alguien que no estaba en ese momento, la estuviese observando. Comenzó a sentirse incomoda, pero sobre todo aterrada, “Otra vez” pensó, miró al plato de carne con verduras que estaba cenando y luego alzó la vista hacia su marido, entonces su expresión cambió a un tono mas frío cuando vio al mismo hombre corpulento acompañado de dos niños que ella no conocía, justo detrás de su marido. Thomas sintió un pequeño escalofrío en su nuca, pero no sabía el porqué, pensó que sería por el frío, pero no, ese escalofrío es el mismo que sientes cuando notas que estas siendo observado, algo en lo que Thomas no se percató.
Él matrimonio terminó de cenar, ambos se levantaron de la mesa para ir a su habitación, cuando se disponían a subir la escalera Emma notó como alguien le agarraba la mano, entonces echó la vista atrás, pero no había nadie…Aunque Emma sabía que si había alguien, aunque no le viese en ese momento, de lo que si vio y se percató fue de Rosalin, que miraba en dirección a ellos, pero era como si estuviese viendo a la persona invisible que agarró a Emma de la mano, Emma mostró una pequeña expresión de incertidumbre, sabía que Rosalin estaba viendo algo…o alguien con ellos, pero lo que no sabía es que Rosalin tuviese un sexto sentido, igual que ella. Una vez llegaron a la habitación, Thoma y Emma se acostaron en la cama, no pasó mucho tiempo cuando Thomas se durmió, pero Emma esa noche la volvió a pasar despierta, vislumbrando el rostro de una niña que estaba en su cama, encima de ella, una niña que ella, no conocía…alguien que no debía estar en su habitación. Aquella niña fantasmal la miraba con una triste pero fría expresión, Emma estaba aterrorizada, por muy acostumbrada que estuviera a ver personas fallecidas caminar por nuestro mundo, jamás se le quitaría ese temor que sentía al verlos. Pasado un tiempo la niña desapareció, se desvaneció frente a ella, pero justamente apareció un niño justo al lado de ella, de pies mirándola fijamente, aquel niño le puso la mano en su frente obligando a Emma a dormir.
Emma se encontraba caminando en una extraña y pequeña casa que no conocía, mientras caminaba escuchaba el lamento de una mujer, comenzó a buscar a la mujer siguiendo sus sollozos, Entonces llegó hasta una pequeña habitación donde se encontraba Rosalin, su ama de llaves, llorándole a un hombre mucho mayor que ella, que yacía muerto en una cama.
De repente Emma se despertó en mitad de la noche, todavía podía ver la imagen de Rosalin llorando justo frente a ella. Aquel sueño le había despertado a Emma bastantes dudas… ¿Quién es Rosalin realmente? ¿A quién le lloraba? Pero no obtuvo una respuesta clara, aunque si pudo escuchar dos voces que sonaban al unisonó, dos voces que no venían de ninguna parte, que le decían… Protégelo.
Continuara...
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