El hombre que apareció frente a Emma con una escopeta se
desvaneció, parecía que la misma oscuridad de la habitación se lo hubiera
tragado. Emma estaba aterrorizada, no podía soportarlo más, entonces dio un
enorme grito. Thomas se despertó alarmado, asustado, lleno de preocupación. Se
dirigió preocupado donde su esposa.
─ ¿Qué ocurre? ─ Preguntó Thomas preocupado.
─ He visto…he visto a un hombre…apuntándome con una escopeta ─ dijo Emma
mientras intentaba respirar.
─ No hay nadie cariño, seguro que fue una horrible pesadilla ─ dijo Thomas
abrazando a su amada, ─ Volvamos a la cama ─.
Mientras se dirigían a la cama, alguien pegaba golpes en la puerta de la
habitación, Thomas se extrañó al oír los golpes, pero Emma comenzó a ponerse
nerviosa, Thomas se dirigió a la puerta para abrirla y ver quien era.
─ No lo hagas cariño, puede volver aquel hombre ─ dijo Emma asustada.
─ Puede ser alguno de los criados ─ Thomas se dirigió hacia la puerta para
abrirla, y efectivamente, era uno de los criados, la señorita Rosalin estaba
detrás de la puerta, preocupada.
─ Señora ¿se encuentra bien? ─
─ No se preocupe Rosalin, ha sido una pesadilla ─ dijo Thomas.
─ Menos mal, me había preocupado ─.
─ Muchas gracias de verdad, pero no se preocupe ─ dijo Emma, entonces la
señorita Rosalin se despidió de los señores y se fue a su habitación.
Emma pasó el resto de la noche en vela,
sin poder pegar ojo, era como si tuviese miedo de dormirse, como si temiera que
al dormir aquel hombre volviera aparecer para acabar con sus vidas de un
disparo.
la mañana ya había llegado, la señora Emma estaba adormecida, no podía
disimular que la noche anterior, no pegó ojo. La señorita Rosalin y dos jóvenes
de entre doce y catorce años de edad, estaban en la cocina preparando el
desayuno. Emma se dirigió a la mesa de la cocina y se, sentó en ella, entonces
la joven le acercó una taza y el joven le sirvió el café.
─ Ya os expliqué que tenéis que saludar a la señora ─ dijo Rosalin reprimiendo
a los jóvenes.
─ No se preocupe, no es necesario cabeza ─ dijo Emma con cierta sonrisa.
─ Señora, no me quiero inmiscuir, pero… ¿Qué le ocurrió anoche? ─ dijo Rosalin
con cierta preocupación.
─ No lo sé…las puertas del armario se abrieron, luego aquel hombre…no sé qué
ocurrió ─ dijo Emma con nerviosismo.
─ Las casas son como nosotros, guardan recuerdos de lo que sucede en ellas y
los reflejan como fantasmas, no te preocupes por el hombre que te apuntó con la
escopeta, solo es un simple fragmento de lo que una vez aquí ocurrió ─.
Emma quedó sorprendida de lo que Rosalin le dijo ¿cómo sabe que la apuntó con
una escopeta? Pensó, ella no le mencionó nada de eso…no debería de saberlo.
─ ¿Cómo sabes que me apuntó con una escopeta? preguntó Emma con incertidumbre.
─ Yo estuve aquí esa noche, tengo el mismo recuerdo que la casa, por eso lo sé ─
dijo Rosalin con una sonrisa.
Emma
no estaba muy segura de creer en las palabras de Rosalin ¿Qué la casa tiene
recuerdos? Es absurdo, pensó. Pero tampoco podía desconfiar del todo de su ama
de llaves, posiblemente la mujer tenga un sexto sentido y pueda ver, oír y
sentir cosas que no muchos pueden. Emma creía en la existencia de otro mundo, la
señora Clover no habría sido la primera experiencia paranormal vivió, Emma también
tenía sus secretos.
Un día una joven niña estaba jugando al escondite, lo que para una niña era
algo normal, para los demás no, puesto que jugaba con una niña invisible, pero
no era invisible para la pequeña, sino para sus padres. Aquella niña era Emma
con su amiga invisible, una niña que solo veía y escuchaba ella. Sus padres en
un principio pensaron que sería por las ganas de tener una amiga que ella se la
haya inventado. Pero pasaban día y meses y siempre jugaba con la misma amiga
invisible, los padres la llevarán con especialistas, cuyos especialistas solo
sabían recomendarles medicaciones y mas medicaciones, pero esas soluciones no
bastaban, no le funcionaban, la pequeña Emma seguía jugando con su amiga invisible.
Un día sus padres le preguntaron por su amiga, por sus padres, por su vida en
general.
─ Chloe no vive con sus padres ─ dijo la pequeña Emma.
─ ¿Es huérfana? ¿sus papis están muertos? ─ le preguntó su madre.
─ Sus padres están vivos, la que está muerta es ella ─ dijo Emma mostrando
naturalidad en sus palabras, una extraña naturalidad, sus padres quedaron
asombrados al ver como hablaba su hija de la muerte de una forma tan…natural.
Sus padres la miraron con una fría expresión, Esta vez incluso se podría decir
que sintieron miedo de su hija. Los años pasaron y Emma seguía creciendo, menos
su amiga invisible, una noche Emma sintió una terrible tristeza, su querida
amiga, a la que, aunque muerta, la consideraba su mejor amiga, vino a
despedirse. Los padres de Chloe habían fallecido y la pequeña fantasma ya no podía
seguir en el mundo de los vivos, ella permaneció en el mundo terrenal esperando
a sus padres para irse con ellos, pero tampoco podía irse sin despedirse de su querida
amiga Emma, la que le dio una infancia, que nunca tuvo.
Continuara...
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