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miércoles, 9 de diciembre de 2020

La Dama del Lago.

 




Esa noche solo quería soledad, tranquilidad, silencio.
Me senté en la orilla de un lago, no quería pensar en nada, solo buscaba calma, silencio, escuchar el sonido del viento agitar las ramas de los árboles, ver el reflejo de la Luna en el lago, solo eso y nada más, es lo que pedía.

Pero nunca imaginé ver a esa hermosa joven, emerger sobre él lago.
Comenzó acercarse a mi, su hermosa, pero oscura figura se veía deslumbrante con el reflejo de la luz lunar. Mientras caminaba, el agua ondeaba formando pequeños círculos, alrededor de ella.
Hipnotizado quedé con aquella visión, hasta el punto de tenerla justo enfrente de mí, sin darme cuenta. Estaba conmocionado, pero no con temor, si no, era extraño, me envolvía como un sentimiento, pasional.
Me agarró la mano, entonces comencé a caminar junto a ella hasta el lago. No sentía nada, ni siquiera el agua mojando me los pies, solo podía sentir su cálida mano sujetando la mía, mientras caminábamos.
Sin darme cuenta, me encontraba flotando en el lago.





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