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miércoles, 23 de diciembre de 2020

Roja Navidad capítulo 4

 




Capítulo: 4 Rudolph, el Reno de la nariz roja

Jenifer y Vanesa estaban fuera del taller, ambas estaban montadas en los mismos trineos que usa Santa Claus para repartir regalos y felicidad al mundo. Esta vez la prueba, consistía en una carrera entre las dos, pero no iba a ser una carrera normal, en dicha carrera, solo una saldría vencedora, solo una…saldría con vida.

Ambas chicas estaba en posición, listas para empezar la carrera, justo enfrente a ellas tenían la figura animatrónica de Santa Claus dándoles instrucciones.

─Ahora que tenéis claras las reglas elegid bien quien morirá o quien vivirá ─ les dijo la figura de Santa Claus.

Vanesa dijo: ─ No vamos a matarnos entre nosotras para tus disfrutes ─.
La figura de Santa Claus dijo: ─ ¿Piensas que disfruto con esto? No querida, al contrario…os amo, yo amo a todo el mundo y por eso os castigo ─.
Vanesa dijo: ─ Cuanto mas te escucho hablar, mas claro tengo que eres un enfermo psicótico ─.

La figura de Santa Claus dijo: ─ No fui yo quien asesinó a otra persona para ser famoso ─ desviando sus animatrónicos ojos hacía Jenifer.
Jenifer sintió un enorme temor al ver como aquella figura la miraba, entonces dijo: ─Yo no he matado a nadie─.

La figura de Santa Claus dijo: ─ Lo sé…tu no mataste a nadie ─.
Vanesa dijo: ─Puedes creer de nosotras lo que te dé la gana, eso no exculpa de que seas un perturbado ─.
La figura de Santa Claus dijo: ─ Bien, basta de palabrería…que comience el juego ─ mostrando una sombría sonrisa.

Entonces, justo en ese momento los Renos de Santa Claus comenzaron a correr, la velocidad era extrema, tan fuerte que las jóvenes podían sentir como el mismo viento, les arrancaba la piel. Pero eso no frenaba a las jóvenes, querían sobrevivir a toda costa, pero es dudable si lo conseguirían o no. El camino era recto, sin desvíos, mientras corrían dejaban dibujado un camino, en la nieve.

Jenifer y rebeca tenían la cara casi desgarrada, por la velocidad que los trineos alcanzaron, pensaban que el sufrimiento tardaría más, pero no, justamente al llegar a un espeso y frio bosque, los Renos frenaron los trineos.

Las chicas quedaron extrañadas, no veían ninguna señal de META en ningún lado, nada que les indicara que la carrera había terminado, pero justamente desde una radio que tenían los trineos escucharon la voz de Santa Claus hablándoles.

─Jojojo, el resto de la carrera la haréis a pie, tendréis que cruzar este bosque si queréis llegar al final…recodad, solo una sobrevivirá jojojo ─.

Jenifer estaba atemorizada, pero Vanesa estaba mas tranquila, sabía que poco podían hacer en estos momentos, así que se armó de valor, fue hacía el trineo de Jenifer y la ayudó a bajarse, tranquilizándola. Ambas chicas comenzaron a caminar aquel bosque, el lugar era bastante espeluznante, los arboles estaban sin hojas, en sus troncos había escarcha…dicho así parece un pase agradable, pero lo atemorizante eran los sonidos de los Lobos que habitaban el bosque.

Las chicas comenzaron a caminar con cuidado, vigilando que ninguno de los lobos las cogiese de sorpresa, Vanesa le dijo a Jenifer.

─No te preocupes, saldremos de aquí rápido, solo tenemos que estar atentas ─.
Jenifer le dijo: ─Yo no debería estar aquí, no hice nada ─.
Vanesa le dijo: ─ Claro, yo tampoco hice nada, pero aquí estamos las dos…perdidas ─.
Jenifer le dijo: ─ Bueno, dice que solo una saldrá con vida, no quiero morir ─.
Vanesa dirigió su mirada hacía Jenifer y le dijo: ─ No morirás, si trabajamos juntas podremos salir de aquí ─.
Jenifer dijo: ─ Dice que solo una saldrá con vida─ con cierto temor.
Vanesa dijo: ─ No digas eso, las dos saldremos con vida ─.

Ambas chicas continuaron caminando por aquel bosque, todo estaba tranquilo, no se escuchaba ningún lobo aullar desde hacía rato, pero un pequeño sonido las asustó, echaron la vista atrás parta ver que bestia las iba a sorprender, pero ninguna bestia, ningún lobo, solo era un pequeño Ciervo que las estaba siguiendo.

Jenifer quedó maravillada con aquel pequeño, se agachó y comenzó a llamarlo, el pequeño Ciervo se acercó a las chicas y comenzó acariciar a Jenifer con su cabecita, como si de un Gato se tratara. Jenifer estaba entusiasmada, no podía creer que, en toda esta historia, hubiese algo tan puro. Hasta que el pequeño ciervo saltó encima de ella, desgarrándole el pecho con sus dientes. Vanesa no podía creer lo que estaba viendo, Jenifer estaba siendo prácticamente devorada…por un Ciervo, aquello era totalmente increíble y horrible.

Vanesa no se quedó mucho tiempo mirando, ya nada podía hacer por Jenifer, entonces decidió salir corriendo de allí, alejarse lo que mas pudiera del aquel pequeño pero horripilante, corrió y corrió hasta que salió del bosque, entonces, en la lejanía vislumbro unas luces, Vanesa se acercó aquellas luces, entonces pudo distinguir varias casas, era un poblado, un poblado en el Polo Norte, aquello era muy extraño, pero no tanto como un Santa Claus psicótico o un pequeño Ciervo carnívoro, así que decidió ir allí a pedir ayuda a los habitantes del poblado.

Se acercó a una de las casas, por la ventana podía ver una pequeña de personitas, tenían el tamaño de un niño, Vanesa sin saberlo, había llegado a la aldea de los Elfos, la misma que nombré anteriormente. La joven comenzó aporrear la ventana para así llamar la atención de la pequeña familia, pero los Elfos no escucharon…o no querían escuchar. Entonces, se dirigió a la puerta principal de la casa, comenzó aporrearla pidiendo ayuda, pero tampoco dio resultado.

En ese mismo instante, notó como un cuerpo pesado se tiró encima de ella, desgarrándole el cuello, aquella bestia era el pequeño Ciervo, el mismo que acabó con la vida de Jenifer…Vanesa cayó de rodillas frente a la puerta de la casa, ya nada podía hacer, su vida acabó en ese instante.

Desde lo alto de una pequeña montaña se encontraba Santa Claus, ya no era una figura con luces, ahora era él, de pies, observando como el pequeño Ciervo devoraba a Vanesa, entonces dijo.

─ Ambas chicas actuaron igual, asesinaron a personas inocentes por alcanzar la fama, Jenifer no mató con su propia mano, pero si provocó que una chica, una angelical inocente atentara contra su vida…cometió uno de los peores crímenes lanzando un falso rumor sobre la joven, la gente la mal señalaba cuando la veían, la insultaban, hasta que no pudo aguantar y se tiró de un azotea…menos mal que lo vi todo y pude salvarla─.

─Vanesa si se ensucio las manos de sangre asesinando aquella joven por un concurso de canto…concurso que yo también intervine para que no ganara ─.

En ese momento el pequeño Ciervo se acercó a Santa Claus, el hombre lo miró, se agachó y comenzó acariciarlo, entonces le dijo.

─Mi querido Rudolph, te has vuelto a manchar la nariz de sangre ─.

Continuara...







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